Historia de un paciente dental
Nuestra paciente dental vino a nosotros en su primera visita en el otoño de 2020, muy avergonzada y emocional sobre la condición de sus dientes. Estaba llorando y ni siquiera quería que le miráramos los dientes; sólo pedía que se los quitaran todos y le pusieran una dentadura postiza. Después de escuchar su historia y hacerle saber que estaba en un espacio seguro, finalmente permitió que Lucy, nuestra higienista dental, tomara radiografías y que el Dr. Remming, nuestro dentista, echara un vistazo. Hacía más de 20 años que no iba al dentista y, de hecho, tenía unos dientes muy bonitos debajo de los años de acumulación de sarro.
La paciente acaba de terminar su quinta visita y parece mucho más feliz y orgullosa de su sonrisa. Ya no quiere que le extraigan todos los dientes y le pongan prótesis y está empezando a sonreír más. Es realmente inspirador ver su confianza restaurada con algunos cuidados dentales básicos. El otro día le dijo a Lucy que "está muy agradecida de que Dios la haya traído a nosotros".
Sin embargo, necesita un trabajo que no podemos completar. Necesita un parcial y algunas coronas. Intentamos remitirla a otra consulta, pero se niega y quiere esperar hasta que podamos tratarla. Le advertí que podrían pasar más de dos años antes de que pudiéramos completar el tratamiento que necesita y que, mientras tanto, su estado podría empeorar, pero sigue queriendo esperar.
Este mensaje de "espéranos" es muy común entre los pacientes del Tepeyac. Se sienten como en casa con la atención que reciben y no quieren ir a ningún otro sitio, incluso si eso significa esperar años. Esto es definitivamente un testimonio de la base que el equipo médico/de salud y todo el equipo del Tepeyac ha hecho para construir relaciones con nuestras familias. Sin embargo, crea algunos obstáculos para la salud a largo plazo.
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